Más de la mitad de los países del continente americano expresaron en la Organización de Estados Americanos (OEA) su condena por la presencia en Nicaragua del iraní Mohsen Rezai, uno de los imputados por la Justicia argentina por el atentado de 1994 contra la mutual judía AMIA de Buenos Aires.
Durante una sesión del Consejo Permanente de la OEA, representantes de 22 países manifestaron su condena en una declaración que fue impulsada por Argentina y Estados Unidos.
En el texto, patentizaron su apoyo a Argentina para que «se haga justicia» en el ataque contra la sede de la mutual israelita AMIA el 18 de julio de 1994, que dejó 85 muertos y aún sigue impune.
Condenaron la presencia en el acto de toma de posesión de Daniel Ortega de Rezai, actual vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, y consideraron que supone una «afrenta a la Justicia argentina y a las víctimas del atentado de la AMIA».
Asimismo, instaron a las autoridades nicaragüenses y a todos los miembros del sistema interamericano a actuar «de manera apropiada» en relación con las alertas rojas de Interpol sobre el atentado.
Sobre Rezai pesa una alerta roja de la Interpol por el ataque de la AMIA y el gobierno de Argentina cuestionó que la policía internacional no lo detuviera cuando estuvo en Nicaragua.
El embajador nicaragüense ante la OEA, Arturo McFields, rechazó la declaración y afirmó que Nicaragua puede invitar a quien quiera porque es una nación «soberana» e «independiente».
Durante su visita a Nicaragua, Rezai se reunió con Ortega y le expresó su apoyo para «vencer al imperialismo norteamericano».
La declaración fue leída por la representante argentina Cecilia Villagra. Recibió el respaldo de 22 de los 34 miembros activos del organismo: Antigua y Barbuda, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, Venezuela y Uruguay.
Misión argentina en la OEA repudia declaración de McFields
La Misión Permanente de Argentina ante la OEA expresó su «enérgico rechazo» y «repudio» a las afirmaciones y «actitud temeraria» del Representante Permanente de Nicaragua, Arturo McFields, quien justificó la asistencia del jerarca iraní Moshen Rezai, con orden de captura por el atentado a la AMIA, a la asunción del presidente Daniel Ortega.
A la vez, Argentina volvió a reclamar que «se haga justicia» por ese atentado y reiteró la «condena» a la visita de Rezai a Managua la semana pasada.
«La Misión Permanente de la República Argentina ante la Organización de Estados Americanos expresa su enérgico rechazo a los dichos del Representante Permanente de Nicaragua, embajador Arturo McFields, toda vez que los mismos manifiestan un incomprensible desdén hacia las obligaciones que pesan sobre toda la comunidad internacional para la lucha contra el terrorismo a través de la cooperación jurídica internacional», indicó esa delegación oficial en su cuenta de Twitter.
Añadió que «se trata de las reglas más básicas de convivencia que no pueden ser ignoradas. En tal sentido, la Argentina insiste en la necesidad de que se haga justicia en el marco de la causa que investiga el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y vuelve a condenar la visita de Mohsen Rezai a Managua, por constituir una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal ataque ocurrido el 18 de julio de 1994 en la ciudad de Buenos Aires».
«En consecuencia, el gobierno argentino repudia la actitud temeraria del embajador McFields e insta a las autoridades nicaragüenses a que aseguren el cumplimiento de las notificaciones rojas de la Interpol, de la que forman parte, relativas al mencionado acto terrorista», continuó.
El embajador nicaragüense ante la OEA criticó la resolución impulsada por Argentina y Estados Unidos condenando la visita a Nicaragua de Rezai (vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán), acusado por el atentado a la AMIA, para asistir a la asunción del reelecto presidente Ortega.
McFields aseveró que «Nicaragua, como nación independiente y como pueblo digno, está en la libertad de invitar a quien desee» y sostuvo que «si esa persona llega con una buena actitud, siempre tendrá puertas abiertas».
Conocida la presencia de Rezai en Managua, Argentina emitió un comunicado en el que expresó «su más enérgica condena» a ese episodio.
Y además manifestó «como también lo ha hecho en agosto pasado ante la designación de Rezai como vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, que su presencia en Managua constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), cometido el 18 de julio de 1994».
La semana pasada el Gobierno de Alberto Fernández también dijo que «exige una vez más al Gobierno de Irán la cooperación de manera plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado contra la AMIA sean juzgadas por los tribunales competentes».
En esa ocasión el canciller Santiago Cafiero también expresó su rechazo y le envió una nota al embajador de Nicaragua en Buenos Aires.
En las últimas horas, en el marco de la visita de Cafiero a Estados Unidos por las negociaciones con el FMI por la deuda externa, Argentina y ese país acordaron impulsar una declaración conjunta que fue aprobada por el Consejo Permanente de la OEA en la que se condenó la presencia de Rezai en Managua la semana pasada, lo que motivó la respuesta del embajador McFields y, ahora, la réplica argentina.
Los iraníes con alertas rojas de Interpol y pedidos de captura internacional son Rezai, exjefe de la guardia revolucionaria; Ali Fallahian, exministro de Inteligencia; Moshen Rabbani, exagregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires; Ahmad Vahidi, excomandante de las fuerzas QUDS, y Ahmad Asghari, exsecretario de la embajada iraní en Argentina.